viernes, 9 de mayo de 2008

¡Uy Dió!:

Casi en todo momento nos preguntamos por qué suceden algunos hechos que nos maravillan. Casualidadad, dicen algunos; el destino, otros. Y es aquí donde nos concentraremos, en el "destino", la predeterminación a algún suceso, su manifestación ya establecida. ¿Por quién? y ¿Por qué?
Haciendo referencia a la primera pregunta, esto no se sabe porque nadie es capaz de influir de manera absoluta sobre otro (en el sentido de una relación de igual a igual, sin ninguna ventaja preestablecida). Pero se dirá que ese "alguien" existe y es el llamado Dios. ¿Alguien de carne y hueso? No. ¿Sólo una abstracción? Sí. En conclusión ese "alguien" no existe en la realidad, pero sí en nuestras mentes. No como prisión física, si no mental. Predestinando a quien crea en su omnipotencia en que cada hecho es por obra y gracia del "Señor". Donde sólo el permitirse dudar de su autoridad, su poder, es condición suficiente y necesaria para ser castigado, o en el mejor de los casos, olvidado ("desterrado") por el "ser" anteriormente mensionado. Tomar "el fruto prohibido", el motor del conocimiento: la duda y la curiosidad. Duda, por encontrar alguna contradicción; curiosidad, por el instinto de todo ser real, sea humano o cualquier otro animal.
Así puede mostrarse al hombre como inacabado, infinito, inperfecto; y a Dios como acabado, finito, perfecto, habiendo alcanzado su máximo, un límite. Todo lo contrario sucede con el hombre, que tiene un largo camino sin definir, cada vez mas cuando da un nuevo paso.
Seguramente que franquear algunos límites (como el mismo Dios) no es tarea fácil, pero Bakunin supo apreciar esto: "En todo desenvolvimiento, justo o falso, real o imaginario, colectivo o individual, es siempre el primer paso el que cuesta, el primer acto el más dificil. Una vez franqueado ese paso y realizado ese primer acto, el resto transcurre naturalmente, como una consecuencia necesaria. Lo que era difícil en el desenvolvimiento histórico de esa terrible locura religiosa que continúa obsesionándonos y aplastándolos, era poner un mundo divino tal cual, fuera del mundo real.(...) Han sido necesarios no sé cuantos siglos para desarrollar y para hacer penetrar esa creencia en los hábitos mentales de los hombres. Pero, una vez establecida, se ha vuelto omnipotente, como lo es necesariamente toda cura que se apodera del cerebro humano. Considerad un loco: cualquiera que sea el objeto especial de su locura, hallaréis que la idea oscura y fija que le obsesiona le parece la mas natural del mundo, y al contrario, las cosas naturales y reales que están en contradicción con esa idea, le parecerán locuras ridículas y odiosas. Y bien, la religión es una locura colectiva, tanto mas poderosa cuanto que es una locura tradicional y que su origen se pierde en una antiguedad excesivamente lejana."1
Así nos demuestra lo dificultoso que es inocular en una persona algo totalmente ajeno a ella, pero luego de haber echado raíces: "Todo hombre es envuelto desde su nacimiento por ella, la mama con la leche de la madre, la absorbe con todo lo que oye, en todo lo ve. Ha sido tan alimentado, tan envenenado, tan penetrado en todo su ser por ella, que más tarde, por poderoso que sea su espíritu natural, tiene necesidad de hacer esfuerzos inauditos para libertarse y no lo consigue nunca de una manera completa."2 Respondiendo a la segunda pregunta del comienzo: "¿Por qué?"
Seguramente, dicho hombre, nunca podrá libertarse por completo. Además de encontrarse, naturalmente, en él desconfianza y miedo, pero aún conservando dicha curiosidad, como se mensionó, una parte inseparable de todo humano. Un primer paso hacia la libertad.

Hernán.

1. Mijail Bakunin, "Dios y el Estado", p. 37, Ed ¡Libertad!
2.Idem, p.38

miércoles, 7 de mayo de 2008

Bola de nieve en el desierto

Tras la magia del comienzo,
bajo el todo emancipado,
desde el pico del pasado,
cae un alma en silencio.

En silencio es devorada,
no hay vacío donde hay quién.
Se perdió desesperada,
en lo algo, en su ser.

Serie errada de eventos,
desatado ya está todo.
Todo es algo, somos viento,
somos ser hasta no serlo.

Rebeldía en picada,
al crecer te vas muriendo.
El reinado es de la nada,
y la orden el silencio.

César.