voces que caen como rayos
y corrés

sos blanco de la filosa
mañana lluviosa,
que abre todos tus poros
y te introduce verdad.

Raices

acá están,
son mis huesos,
y mi amargo rostro que muerto aún grita:
-¡aguas de mi libertad!-

¡ah, mi árbol!
que me quiebra con sus raices.

Violencia:

En estos dias nuevamente los conflictos y polémicas cotidianos vuelven a hacer eco en los medios de comunicación. Ello debido a la falta de una vedette, como lo fue el supuesto conflicto de Gobierno y oligarquía. Donde ahora las luces están sobre el narcotráfico o los narcotraficantes que están de paso en estas regiones junto a los regalos que dejan antes de irse. Pero esto ya está demasiado trastocado y promocionado.
Lo destacable, en este caso, es la violencia en sí. No solo la de narcos, si no la cotidiana(como lo inyectan los medios desinformativos), esa que a veces no es perceptible a nuestros ojos por habernos, asquerosamente, acostumbrado a ella. Desde las palabras hasta los hechos.
Por el lado de las palabras, pueden mensionarse las que se usan para denostar o reducir a una persona, ya sea: mal viviente, o utilizando su origen (nacionalidad) para justificar algún hecho como el robo, que es un claro reflejo de la situación que se respira.
Así, entramos al mundo de los hechos, de los cuales los medios se nutren, potencian y regocijan mostrando a chicos drogándose, que luego de su informe, el periodista de turno hace alarde de su indignación, sin antes haber hecho sus exigencias a las instituciones. Una de estas puede ser el aumento y/o pedido de seguridad, por parte de la burguesía. Más presencia, como se dice ahora. Volviendo a la drogadicción de menores y conflictos personales, hay un programa que lo toma a broma y hace de limpiaparabrisas de la institución policiaca, desensibilizando a sus televidentes y justificando el premio, para algunos (policía) y el castigo, a otros (desamparados, presos, niños, etc.). Y esto es un potenciador de futuras actitudes o acciones a cometer, tanto individual como colectivamente.
Este proceso de insensibilización es el más profundo, devastador y violento. Que lleva a cometer actos violentos como: desalojos de familias enteras en los barrios más pobres de Buenos Aires(por las fuerzas del orden, mientras el resto observa pasivamente); la precarización laboral y estudiantil creciente(por las autoridades mediante sus sántos decretos), donde obreros mueren por accidentes laborales (especulación) y alumnos que no pueden desarrollar sus potencialidades por faltar elementos tan básicos como su propia alimentación; el tono de burla con que se tratan los temas de violencia entre adolescentes, movidos por el ejemplo de los adultos; y frente a todo esto se encuentra el aumento de inversión que hace el Estado a sus brazos coercitivos (policía, ejército, etc.). Donde en un mismo lugar suceden hechos dignos del Surrealismo como en San Isidro, que en su partido hubo un gasto de $14 millones para engrosar la seguridad de los barrios mas lujosos de esa zona, mientras que a pocos metros, y hasta separados por muros, se encuentran los barrios mas pobres o villas miserias donde chicos y adolescentes sucumben frente a la desnutrición y a las drogas como el Paco.
Nuevamente el círculo se cierra, nuevamente lo insensible como centro, que traducido se lee: ¡VIOLENCIA!
Pero esta es la violencia estudiada, procesada y aplicada para un determinado fin(o como un fin en sí misma), alejada de cualquier aspiración real de la humanidad como la libertad. La violencia como coerción y no como defensa; la libertad enjaulada en calabozos y leyes; la justicia como privilegio.
Frente a este panorama nos enfrentamos, frente a este orden nuestras vidas: la ANARQUÍA.


Hernán.

¡Sirvanbulear!

es un grito que me acaricia y roza la espalda

es una nueva limitación
que poca es dulce y mucha es dolorosa
es un nuevo sentido
que solo yo siento.
¡sirvanbulear!