miércoles, 25 de febrero de 2009

Sobre los monstruos abstractos:

Increible es, cómo el hombre es capáz de inmolarse por variadas causas.
Entre éstas, pueden hacerse notar variados universos, como los correspondientes a su vida individual y colectiva que encierran a los sentimientos de éste.
Pero, hay un orden, totalmente ajeno a éstos últimos. Éste orden encierra a determinadas instituciones, no orgánicas. No orgánicas por ser estructuras fijas, inamovibles, perpetuas y devoradoras de personas, individuos. Todo lo contrario sucede cuando estas son ágiles, temporales (Con o sin tiempo establecido), movidas por intereses concretos en situaciones específicas; guiadas, construidas y destruidas por sus propios integrantes, donde estos son el cerebro y corazón de la misma, y no un simple alimento o combustible para poner en marcha sus engranajes.
Sin profundizar demasiado, diremos que estas instituciones ajenas al hombre (En un sentido natural y real, ya que se nos objetará que estas forman parte de uno, pero nosotros responderemos que de forma impuesta y en ningún modo emanada de una libre decisión y acuerdo.) son la Iglesia y el Estado. Ámbas inmiscuidas en la vida individual y colectiva del hombre. Haciendo que este sujeto, en nombre de abstracciones como Dios y el bien común , se destruya naturalizando como propias, o como parte de sí, a estos cantos de sirena.
Así, es como las estructuras basadas en abstracciones, y no en el hombre mismo, moldean, encuadran, encieran, ahogan, legislan, contabilizan, monitorean y purifican (Según su propia visión) al mismo hombre.
Uno de los ejemplos claros son las guerras, ya sean religiosas o no. Sin importar la abstracción, pueblos enteros se ven obligados a levantar las banderas de un dios y una patria determinados. Esto, como producto de la naturalización o introducción de una moral ajena, pero que termina siendo efectiva debido a la insistencia y sistematización de la misma.
Es un panorama más que oscuro y que nos invita a ser devorados por estos monstruos casi omnipresentes en una sociedad contaminada de deberes y no de principios.
Quien no deseé estas maneras, formas, estructuras, vínculos (Instituciones) que cohercionan nuestras vidas, pensará en alguna propuesta. Justamente, esta propuesta será hacer todo lo inverso hecho hasta ahora y comentado aquí. Donde no se levantará la bandera de ninguna nación para hacer frente a esta guerra tan histórica como cotidiana, sino otro tipo, la bandera de la libertad.


Hernán.

martes, 17 de febrero de 2009

VOS:

A Caro...

En tus ojos, pequeños destellos.
En mis labios, estás impregnada.
En tus ojos, pequeñas lagunas reflejan al cielo.
En mis labios, estás grabada.

Volátil y táctil éres...
...en mis sueños y en mi vida.

Caricia y brisa éres...
...en cada una de mis mañanas.


Ermitaño.

jueves, 5 de febrero de 2009

Esencia:

Cuando en la superficie ajusticié
a tu ahogante martirio,
la misión que encaminé
para eliminar de tus ojos el luto.

Esquirlas en el alma,
frías como nocturnas escarchas
en la carne de la arrogancia.

Sin traspasar ví tu esencia.
Una flama, sedante
hasta de la mas bestial...
...de tus intrincadas iras.
Suavizante de tu semblante
parco y triste, sincero.

Ermitaño.