sábado, 31 de diciembre de 2011

Comunicado de Prensa de CORREPI ante la sanción de la Ley Antiterrorista

turespuesta aparecerá más abajo, en el foro.
29 de diciembre de 2011

Por CORREPI:

De la Doctrina de la Seguridad Nacional a la “gobernabilidad democrática con cooperación”

La sanción de la más reciente ley antiterrorista del gobierno peronista de los Kirchner, la octava desde el inicio de su gestión, fue tema abordado por periodistas, comentaristas, “opinólogos” profesionales y políticos, y, de manera bien diferente a las anteriores, silenciadas por las grandes empresas de medios, llegó a los grandes titulares y las tapas de los diarios.

Esta nueva reforma al código penal, igual que las de 2003, 2005, 2007 y 2009, fue propuesta y aprobada en tiempo record para cumplir servilmente con las directivas impuestas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), uno de los organismos “especializados” internacionales usados por el imperialismo para asegurar sus planes de dominación. A través del GAFI, el FMI y otros organismos similares, el Departamento de Estado yanqui y el Pentágono ejecutan los objetivos formulados a partir de los documentos Santa Fe I y II, y ratificados, en las últimas décadas, en sus planes de seguridad para la región. Así, buscan garantizar el apoderamiento de recursos naturales, el subsidio de su propio déficit interno, la hegemonía en el comercio internacional y el control indiscriminado de los recursos financieros mundiales, homogeneizando la legislación mundial y adaptándola a su nueva versión de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que denomina “terrorista” al mismo enemigo que, décadas atrás, llamó “subversivo”, y basa su acción, ya no primordialmente en la intervención militar directa, sino en la defensa de la “gobernabilidad democrática” sustentada por la “cooperación continental”.

Toda calificación de “conspirativa” de estas afirmaciones desaparece si se ingresa al sitio web del FMI y se lee el “Manual para la redacción de leyes” en la sección “Represión del financiamiento del terrorismo”, publicado por el Departamento Jurídico del Fondo Monetario Internacional el 4 de agosto de 2003. Allí, didácticamente se explica a los gobiernos de los países sometidos a EEUU cómo ajustar su legislación interna, salvando las dificultades técnicas que pudieran surgir por las diferencias que existen entre los variados sistemas jurídicos vigentes.

La nueva ley en nada se diferencia de las anteriores, ni en su contenido ni en la forma de su sanción. A principios del mes de octubre, el GAFI reclamó, de nuevo, al gobierno argentino que avanzara en la sanción de leyes antiterroristas, pues las dictadas entre 2003 y 2009 no alcanzaban. En cuestión de horas, el ministro de Justicia y DDHH, Julio Alak, convocó a una conferencia de prensa para anunciar que el poder ejecutivo había enviado al congreso un nuevo paquete de leyes “para seguir adecuando la legislación nacional a los mejores estándares internacionales, de acuerdo con la Convención Internacional para la Supresión del Financiamiento del Terrorismo y la Convención Interamericana Contra el Terrorismo”.

Al día siguiente de la conferencia de prensa ministerial, las principales representaciones empresariales, como la Unión Industrial, la Sociedad Rural, las cámaras de la Construcción y Comercio, la Bolsa porteña, la ABA y la Adeba, aplaudieron la medida y ratificaron su apoyo al gobierno que más leyes antiterroristas ha dictado en Argentina, mostrando con claridad qué intereses se defienden con ese tipo de leyes.

El proyecto, que duplica las penas de cualquier delito cuando la intención del autor sea “aterrorizar a la población u obligar a las autoridades públicas nacionales, o gobiernos extranjeros, o agentes de una organización internacional, a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”, ya es ley, votada por la mayoría kirchnerista, buena parte del PJ no kirchnerista, y renombrados “progres” como Martín Sabatella y sus compañeros de bancada de Nuevo Encuentro, el ex radical Carlos Raimundi y el banquero del PC, Carlos Heller.

La ley se sumó a la dictadas, siempre en obediencia al poder imperial, desde 2003: la 25.765 y la 25.764, ambas de agosto de 2003, que recogieron buena parte del contenido de los proyectos fracasados, en 1995 y 1997, impulsados por el menemismo, el radicalismo y el Frepaso, como el arrepentido, el informante, el testigo de identidad encubierta; las leyes 26.023 y 26.024, de abril de 2005, que ratificaron e incorporaron al derecho interno la Convención Interamericana contra el Terrorismo (Convención de Barbados) y el Convenio Internacional para la represión de la financiación del terrorismo de la ONU; la ley 26.087, de abril de 2006, que modificó el encubrimiento y lavado de activos de origen delictivo y dio más facultades para la UIF; la ley 26.268, de julio de 2007, que creó los delitos de “asociación ilícita terrorista”, de recolección o provisión de fondos para tales asociaciones, y, finalmente, en noviembre de 2009, la ley 26.538, que amplió más el Fondo permanente de recompensas.

De allí que resulte llamativo que, después de su total silencio frente a los proyectos anteriores, igual de peligrosos, esta nueva reforma “antiterrorista” del código penal concitara la atención de los políticos del sistema, de los grandes medios y de organizaciones y “personalidades” íntimamente vinculadas -cuando no orgánicas- del partido de gobierno. La inusitada reacción comenzó a partir de que, puesto a defender la ley, entonces todavía en forma de proyecto, el director de la UIF (Unidad de Información Financiera), José Sbatella, dijo que el propósito no era perseguir opositores, sino castigar como actos terroristas las corridas cambiarias, los golpes de mercado o la emisión de noticias falsas.

Sbatella, que antes de ser funcionario kirchnerista pasó por la gestión pública en los gobiernos de Alfonsín, Menem y De La Rúa, abrió, seguramente sin desearlo, el debate. Sus palabras motivaron la inmediata reacción del establishment financiero y del aparato empresarial de medios, que lanzaron titulares como “Éramos pocos y a los medios nos llegó la ley antiterrorista” (nota del editor general adjunto de Clarín, 24/12/2011).

“Como está escrito, la nueva ley abre la puerta a la criminalización de la protesta social”, dijo el senador radical Ernesto Sanz, cuyo partido encabezó el represor gobierno de la Alianza, que asumió en diciembre de 1999, fusilando autoconvocados en el Puente General Belgrano de Corrientes, y escapó fusilando a los manifestantes en todo el país, en diciembre de 2001. Rubén Giustiniani, referente del Frente Amplio Progresista, llamó “paradójico” que “en la Argentina, un país que se precia de estar a la cabeza en materia de Derechos Humanos, se apruebe una ley que significa un grave retroceso en esta materia”. No le parece paradójico, claro, que el gobierno provincial de su “Partido Socialista” en Santa Fe registre los mayores índices de asesinados por el gatillo fácil y la tortura en cárceles y comisarías desde hace más de cinco años.

Otra voz “progresista” que se alzó fue la del juez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni, que habló de la “extorsión del GAFI” y llamó “disparate” al proyecto, adjetivo que nunca usó para referirse a sus propios fallos limitando la aplicación del delito de tortura a los hechos ocurridos durante gobiernos militares, pues sostiene que, en democracia, la aplicación de tormentos nunca puede constituir más que delitos menores, excarcelables y prescriptibles, como apremios o vejaciones.

También desde el propio riñón kirchnerista hubo críticas, como las formuladas en sendos comunicados por Abuelas de Plaza de Mayo y el CELS. El segundo se quejó por la “imprecisión de los términos”, mientras que la organización dirigida por Estela Barnes de Carlotto (cuyo hijo Remo votó afirmativamente en el recinto) advirtió que: “Si bien el Gobierno sostiene una política de no represión, los jueces, como poder independiente, serán quienes apliquen e interpreten esta ley. Ante la heterogénea composición de la magistratura, integrada en muchos casos por jueces de perfil conservador, no faltará quien la interprete en un sentido negativo (...) y los gobiernos provinciales con un perfil diferenciado al del gobierno nacional también podrían encontrar la oportunidad de impulsar prácticas represivas de la protesta”. O sea, bastaría una definición más concreta de “terrorismo”, y jueces y gobernadores que sean fieles kirchneristas, para que no tuviéramos nada que temer...

Los kirchneristas y sus aliados, escandalizados por la grosería represiva de la norma -a ellos les gustan las cosas más sutiles-, depositan sus esperanzas en que la presidenta, cabeza del poder ejecutivo que remitió el proyecto al congreso, y jefa de un gobierno que lleva promulgadas siete “leyes antiterroristas” anteriores, vete la iniciativa. Son contradicciones propias de las fricciones internas entre los distintos bloques burgueses, sin que ninguno de ellos abandone su posicionamiento antipopular.

Todo el conglomerado de leyes ya existentes, afines a la que acaba de ser sancionada, establece una frondosa burocracia secreta poblada de informantes, infiltrados, agentes encubiertos y provocadores, legitimados por el “legal ejercicio de la superior función de protección del orden público”, y que vemos actuar a diario, cuando los jueces usan informes de inteligencia de la policía o la gendarmería para fundar sus fallos.

Ahora, es “terrorismo internacional” cualquier acto que tenga por propósito “aterrorizar a la población”, y nada causa más terror a la burguesía que la clase trabajadora organizada y en pie. Es “terrorista” quien pretenda “obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto, o abstenerse de hacerlo”, lo que, claramente, es aplicable a cualquier movilización que exija una medida de gobierno o la repudie. 1

En la actualidad, jueces y fiscales tienen suficiente, con las normas que ya existen, para represaliar a gusto a los luchadores populares. Tenemos compañeros acusados de “extorsión” por reclamar un aumento de sueldo; por “amenazas coactivas” por defender un paro de actividades; por “homicidio” por defenderse de una patota; por “entorpecimiento del normal funcionamiento de un establecimiento productivo” por hacer un piquete frente a una fábrica, sin olvidar las figuras típicamente usadas para reprimir la protesta, como la interrupción del tránsito vehicular terrestre y el atentado y resistencia a la autoridad, o las creadas con ese específico fin, como la prepotencia ideológica, la intimidación pública, la incitación a la violencia colectiva, la intimidación pública y las variantes de la asociación ilícita, “calificada” y “terrorista”.

La sistemática incorporación de más normas represivas, especialmente diseñadas para dotar al aparato estatal de mejores y más eficaces herramientas para criminalizar la protesta social y perseguir a los luchadores del campo popular, muestra que, pese a que con lo que ya tienen les alcanza para que más de 6.000 compañeros sufran el embate judicial por movilizarse en defensa de sus derechos, saben que, más temprano que tarde, crecerán las luchas, y quieren estar preparados para defender sus privilegios.

Las leyes antiterroristas -ésta, y las siete anteriores- son herramientas revestidas de legalidad, destinadas a disciplinar a los sectores y organizaciones que combaten al sistema. Lejos de ser una novedad, son una actualización del esquema represivo del estado que responde a los intereses imperialistas de EEUU y sus organismos internacionales. Su propósito determinante es aislar las luchas, amedrentar a quienes se organicen, y eliminar la resistencia.

La excusa, hoy, es el terrorismo. Como en el pasado, la única forma de enfrentar esta escalada represiva es con más organización y con más lucha, para responder en forma unificada ante cada ataque al pueblo trabajador.

1. El subrayado es nuestro (El Linyera)

lunes, 26 de diciembre de 2011

Piotr Kropotkin


Trabajador

(...) Una sociedad en la cual cada individuo sea un productor de trabajo manual o intelectual; en la que todo ser humano que no esté impedido sea un trabajador, y en la que todos trabajen, lo mismo en el campo que en el taller industrial.


Riqueza

La ciencia de adquirir riquezas está en encontrar cierta cantidad de hambrientos, pagarles tres monedas, hacerles producir por diez, amontonar una fortuna y acrecentarla de inmediato mediante algún golpe de mano con ayuda del Estado.


Explotación

No renunciamos a nuestra facultad de amar lo que nos parezca malo. Amar y odiar, pues solo los que saben odiar saben amar. Solo pedimos una cosa: eliminar todo lo que en la sociedad actual impide el libre desenvolvimiento de estos sentimientos, todo lo que falsea nuestro juicio: Estado, iglesia, explotación, el juez, el clérigo, el gobierno, el explotado


Estado

El Estado no es más que una de las formas revestidas por la sociedad en el curso de la historia.


Propiedad privada

Toda sociedad que rompa con la propiedad privada se verá en la necesidad de organizarse dentro del comunismo anarquista.


martes, 20 de diciembre de 2011

El autoritarismo de Kaosenlared:

Sobre la expulsión de Gustavo Rodríguez: Una rectificación y una disculpa Imprimir E-mail
Sábado, 17 de Septiembre de 2011 03:04

Colectivo kaosenlared

Kaos en la Red ha decidido, ante todo, pedir disculpas públicas y, si él lo considera oportuno, volver a publicar sus escritos.

Estimadxs lectorxs de Kaos en la Red:

Hace pocos días el Colectivo Kaos en la Red comunicó al compañero libertario Gustavo Rodríguez la decisión de no volver a publicar sus escritos. Tras varios días de recibir apoyos contundentes hacia él por parte de grupos, asociaciones y personas de Cuba y de fuera de ella que demuestran que los argumentos que llevaron a tomar tal decisión eran completa y absolutamente infundados, Kaos en la Red ha decidido, ante todo, pedir disculpas públicas y, si él lo considera oportuno, volver a publicar sus escritos.

La decisión de expulsar a Gustavo Rodríguez fue tomada después de varias semanas de discusiones durante las cuales tratamos de verificar algunas de las denuncias que habían llegado a nuestro correo por parte de gente afín a nuestra y vuestra web. Éstas indicaban que uno de los grupos con los que colabora, el Movimiento Libertario Cubano (MLC), tenía vínculos con la CIA.

Las informaciones que nos llegaron indicaban que, si bien no había pruebas de que Gustavo Rodríguez fuera una de esas personas, el MLC sí tenía infiltrados agentes al servicio de la agencia estadounidense.

Tras hacerle llegar nuestra decisión, Gustavo Rodríguez nos escribió criticándola duramente, interpretando que ésta era debida a su línea ideológica (muy crítica con el gobierno cubano). Además, posteriormente ha hecho circular un escrito con la finalidad de hacer público lo que consideraba un acto arbitrario. Tal y como se han dado las cosas, en estos momento pensamos lo mismo que él.

Kaos en la Red no verificó suficientemente las informaciones recibidas. Kaos en la Red no preguntó ni comunicó a Gustavo Rodríguez lo que estaba sucediendo bajo la idea de que, si eran ciertas esas informaciones, sus palabras no tenían porqué generarnos ningún tipo de confianza. Aún así, el no hacerlo fue un error grave que ahora lamentamos.

Queremos dejar claro que la decisión no trataba de silenciar las críticas a la Revolución Cubana. Kaos en la Red mantiene una posición de apoyo crítico al gobierno de la isla y así seguirá siendo.

Queremos también dejar claro que, como algunxs han podido interpretar, el Gobierno cubano no ha sido consultado por Kaos en ningún momento. De hecho Kaos no mantiene ningún tipo de contacto con ningún gobierno, independientemente de su línea ideológica.

Aún así, y queremos subrayarlo, Kaos en la Red ha cometido un error extremadamente grave. No queremos poner excusas. Tan sólo hacer público lo que ha sucedido y, sobre todas las cosas, rectificar y pedir disculpas.

Disculpas a Gustavo Rodríguez. Disculpas al todxs lxs lectorxs de Kaos en la Red. Y disculpas al todo el movimiento libertario con el que muchxs de lxs miembros de nuestro colectivo editorial se identifican plenamente.

Es decisión de Gustavo Rodríguez el volver o no a Kaos en la Red. Entendemos que el tratamiento recibido por nuestra parte pueda hacerle pensar que es mejor no hacerlo. Lo entenderíamos. Aún así, las puertas de Kaos en la Red quedan abiertas para él.

Saludos combativos.

Colectivo Kaos en la Red


Cogito ergo impidio

Gustavo Rodríguez

Que un Estado/gobierno –de cualquier confín del mundo– considere y catalogue de “terrorista” a cualquier anarquista, evidentemente, cuenta con toda la lógica que impone su propia razón de ser. De igual forma, para tod@s l@s anarquistas, es un proceder habitual y hasta consecuente, que nos consideren “terroristas” todos los Estados-gobiernos del mundo. Nosotr@s –por regla general– no hacemos esa “prudente” y sutil distinción socialdemócrata entre “gobiernos buenos” y “gobiernos malos”, para justificar adhesiones, alianzas y opciones preferenciales por el “mal menor”; mucho menos recurrimos a los habituales eufemismos de “gobiernos progresistas” y/o “procesos revolucionarios” con que tradicionalmente se maquillan y solapan las infamias de los Estados protostalinistas, neo-populistas y nacionalistas, reticencias harto recurrentes desde esa entelequia amorfa y reformista que se autodenomina izquierda.

Para l@s anarquistas, no existen excepciones ni para el “caso Cuba” ni para Venezuela ni para Bolivia, Ecuador, Perú ni para Tumbumtú, por lo que habría que reafirmar, a punto de partida, que nuestra lucha no está subordinada a los mesianismos de turno sino que es y será por el Comunismo libertario, ergo, contra el Estado-capital, aquí, allá y acullá.

Por todo lo anterior, no nos extrañan las condenas y vituperios emitidos por el gobierno de La Habana, como siempre saturados de epítetos nada novedosos (“terroristas”, “gusanos”, “espías”, “agentes de la CIA”, etc.). Sin embargo, si nos sorprenden las intenciones declararas por el Colectivo Editorial de Kaos en la Red, acatando las “ordenes” del partido-gobierno-Estado cubano. Nos sorprende sobre manera este proceder de quienes se declaran en lucha permanente contra “la criminalización de la libertad de expresión y opinión“, nos extraña de quienes se asumen a favor de la contrainformación alternativa como arma crítica indispensable para el desarrollo de la conciencia antagonista de los pueblos frente a la desinformación alienante de los medios masivos de comunicación al servicio del sistema de dominación global. Lamentablemente, este resolutivo de expulsión “irrevocable” –acordado por “decisión mayoritaria”– nos demuestra, en primer lugar, la dolorosa inconsecuencia entre el discurso y la práctica, tan común en amplios sectores del izquierdismo pululante. En segundo lugar, manifiesta la obstinada presencia de quienes permanecen refugiados en la nostalgia de las antiguas gestas revolucionarias –ubicadas a años luz de la realidad contemporánea– diluidas hoy en la más salvaje de las rapiñas. En tercer término, nos indica la sobrevivencia de cobardes complicidades jacobinas que han impedido hasta ahora el impostergable debate en torno al “proceso cubano” y han obstruido, desde hace décadas, el ascenso de nuevos lineamientos político-prácticos imprescindibles para re-encausar las luchas de la gente cubana por el Socialismo y la Libertad.

Ante los hechos, no nos cabe duda, que asistimos al recrudecimiento de la censura y al incremento de las medidas autoritarias en la Isla, destinadas a acallar a las nuevas voces comprometidas con el rumbo revolucionario –tozudamente dedicadas a la puesta en marcha del Socialismo participativo y libertario en la mayor de Las Antillas– y decididamente opuestas a la acelerada transición del fallido capitalismo de Estado al capitalismo monopolista que desde un tiempo se viene instituyendo por mandato de la jerarquía del partido-gobierno-Estado cubano. Sin que quepan dos opiniones al respecto, la longa manus del partido-gobierno-Estado cubano, vuelve a articularse en pleno revival del pragmatismo stalinista, convirtiendo a Kaos en la Red en una vernácula franquicia del diario Granma, imponiendo en ultramar el pensamiento único y el monólogo acrítico con que amordaza a los cubanos desde hace medio siglo el exclusivo “propietario de la palabra pública” (RCA).

Es preciso, entonces, ahora que el capitalismo –como a todas luces sucede en China y Vietnam– , ya no está naturalmente asociado a la democracia parlamentaria y/o representativa, reflexionar profundamente sobre la actualidad cubana. Sin cortapisas ni complacencias. Y es necesario hacerlo con urgencia para después discutirlo y hablarlo colectivamente y a voz en cuello. Se trata, ni más ni menos, de hablar de Cuba desde la crítica revolucionaria, sin malabarismos semánticos ni indulgencias y excepciones. Es momento de abandonar los coros de acólitos y de romper ese infructuoso silencio que cínicamente se autodenomina “crítica constructiva” o “solidaridad crítica” y que se impulsa desde las miopes y anodinas concepciones que razonan su reaccionario proceder en la espuria consigna de “no hacerle el juego al enemigo”. Esas posturas forzadas en nada contribuyen a la Revolución y a la gente cubana, únicamente auxilian el inmovilismo y el continuismo excluyente y autoritario que predomina en la Isla en exclusivo beneplácito de su liderazgo vitalicio.

Hoy, para quienes verdaderamente nos empecinamos en el rescate de los escasos componentes revolucionarios sobrevivientes en la Isla y nos aferramos a encarrilar los pasos hacia la emancipación socialista y libertaria, no tenemos otra alternativa que la defensa insoslayable de las potencialidades de autonomía de la gente cubana, emprendiendo una crítica obligatoriamente mordaz e impiadosa que denuncie la agudización del abismo que separa lo que representó la gesta libertaria de la Revolución cubana y lo que hoy representa el partido-gobierno Estado cubano. Se trata de “la posibilidad irrebatible de liberar la palabra, los deseos y los sueños en la magia de los encuentros colectivos a pleno sol, a cara descubierta y sin limitaciones de ninguna especie” –como atinadamente adelantara nuestro compañero Rafael Spósito (Daniel Barret)– “Ésta es la única posibilidad de recuperar un proyecto socialista y de confirmar a los cuatro vientos que el mismo es inseparable de esa impronta libertaria que algunos todavía se empeñan en negar. En ello la gente cubana se juega su última oportunidad”[1]

Gustavo Rodríguez

San Luis Potosí

A 15 de septiembre de 2011

Nota: A continuación la misiva del Colectivo Kaos en la Red.

Hola Gustavo:

Recientemente hemos recibido informaciones sobre el MLC (Movimiento Libertario Cubano) que nos han preocupado enormemente. En ellas se nos dice que, lejos de realizar una crítica constructiva de la Revolución Cubana, su labor es más cercana a la que desarrolla la gusaneria desde Miami.

El caso es que nos hemos puesto en contacto con compañeros de la más absoluta confianza. Estos saben de primera mano que en el MLC hay directamente personas que trabajan como miembros de la contrarrevolución (grupos terroristas, espionaje, etc.)

Sabes que Kaos siempre ha recibido duras críticas justamente por no apoyar acríticamente lo que se hace en Cuba. Sin embargo, nuestra intención de integrar en Kaos una perspectiva anarquista no pasaba en ningún momento por realizar ni apoyar movimientos contrarrevolucionarios.

No podemos dar espacio al MLC en Kaos. Y dado que tú te presentas como miembro del mismo, nos vemos en la obligación de dejar de publicar tus textos.

Lamentamos enormemente esta situación, pero no podemos hacer otra cosa.

Colectivo de Kaosenlared


[1]
Daniel Barret (Rafael Spósito), Cuba: El dilema del socialismo y la libertad, libro en preparación.

Respuesta al Colectivo Noticias de la Rebelión. "¡No somos de derecha, ni de izquierda, somos Anarquistas!"

A todxs lxs anarquistas refractarixs
A todxs lxs incendiariarixs afines
A nuestrxs hermanxs presxs

Sin lugar a dudas, la mejor respuesta (concisa y puntual) a esta nueva calumnia por parte de esta señora Carolina y su ganga izquierdosa, es la que ha dado desde las mazmorras del Estado alemán nuestro compañero de lucha Gabriel Pombo. Todxs conocemos las intenciones de estxs liberales izquierdistas, su discurso confucionista, su accionar de placas rojos y sus ansias de poder, disfrazadas con palabrerías y eufemismos (poder popular, dictadura del proletariado-gobiernos progresistas, procesos populares, transiciones democráticas, democracia de los trabajadores, democracia directa y demás apodos acostumbrados para tapar las verdades de regímenes autoritarios con mesías omnipresentes como los Castro, Chávez, Morales, Correa y el resto de la burguesía nacionalista "revolucionaria"). Sabemos que para lxs liberales izquierdosos el discurso "antisexista" y "feminista" es sólo una artimaña para disimular su adoración falocrática hacia estos culeros "revolucionarios" continuadores de la dominación con sus ansias de progreso y civilización, por eso Chillán cuando llamamos las cosas por su nombre. Chillán porque verifican que su asqueroso discurso hoy no tiene eco. Los tiempos en que se creía en las "virtudes" de esos mierdas (comandantes, caudillos y líderes) pasó al basurero de la historia. Los tiempos en que se buscaban alianzas con la mierda izquierdista y liberal y se construían "frentes" ha quedado desenmascarada y rebasada por la lucha. Hoy la lucha refractaria que se desarrolla en el mundo es también contra ellos, contra todos los que detentan el poder y contra todos los que aspiran a tenerlo aunque se quieran pintar de "comunistas". Por eso lxs anarquistas refractarixs atacan a los PC en Grecia, Chile, Argentina, el Estado español, Italia, etc. El leninismo NO ES COMUNISMO es el más vulgar de los fascismos y por eso lxs anarquistas refractarios somos sus peores enemigos.

No hemos "perdido la brújula", no confundimos al enemigo, no "peleamos entre nosotrxs en beneficio del Estado-capital", como "argumentan" estas ratas al servicio de la dominación tratando de parar el contagio. NO. Todo lo contrario, tenemos muy claro nuestros principios y sabemos bien lo que queremos y lo que aborrecemos. Por eso nuestros enemigos son los poderosos y también los que aspiran a serlo aunque se diga "revolucionarixs" o "comunistas" o como chingados se autodenominen. Por eso su retórica no nos dice nada, por eso identificamos tan bien en sus palabras quiénes son y a que le tiran.

Nuestra lucha no es por sus "regímenes de transición", nuestra lucha no es por "gobiernos populistas" ni por "buenos gobiernos", nuestra lucha no es por el "socialismo", nuestra lucha no es por "trasformar el sistema", nuestra lucha no es por el "poder popular". Nuestra lucha es contra el poder (contra todo poder).

No queremos cambiar las cárceles del sistema por cárceles "revolucionarias", no queremos cambiar al ejército federal por un "ejército popular", no queremos cambiar la policía federal-judicial-preventiva, etc. por otra policía "comunitaria", no queremos cambiar al "mal gobierno" por un "buen gobierno". Sabemos lo que queremos: la destrucción total y definitiva del sistema de dominación, la liberación total, la Anarquía.

¡NO SOMOS DE DERECHA NI DE IZQUIERDA, SOMOS ANARQUISTAS!
¡Por la extensión de la lucha!
¡Por la reafirmación del anarquismo refractario!
¡Qué se ilumine la noche!
¡Por la Anarquía!

AAA
Tijuana, 18 de diciembre 2011.

Extraido de: http://www.noticiasdelarebelion.info/?p=6033

lunes, 12 de diciembre de 2011

Samuel Fielden

... Yo amo a mis hermanos los trabajadores como a mi mismo. Yo odio la tiranía, la maldad y la injusticia. El siglo XIX comete el crimen de ahorcar a sus mejores amigos. No tardará en sonar la hora del arrepentimiento. Hoy el sol brilla para la humanidad; pero puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos días, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar un sólo minuto la llegada del venturoso día en que aquél alumbre mejor para los trabajadores. Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana del mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones.