viernes, 11 de julio de 2008

Toda una Institución

Nuevamente, nos encontramos frente a una situación 1), en la cual, el Estado vuelve a ser la Vedette en este espectáculo llamado política.
Aunque de política, hay para hablar, ahora nos vamos a concentrar en el Estado.
Comunmente se lo denomina como una organización institucional que se dedicaría a la atención de la sociedad (a la cual gobierna).
Pero, para mentenerse (y reciclarse), éste debe hacerlo mediante el poder. Que es ejercido por una clase, grupo o elite mediante la fuerza (golpes de Estado), el sufragio universal (manera disimulada, pero igualmente violenta que la anterior) y la herencia (este es el caso de las monarquías). Donde a esta última la dejaremos de lado, por una cuestión de actualidad.
Cuando hablamos del poder mantenido por la fuerza, seguramente se nos venga a la cabeza las dictaduras latinoamericanas de los años ´70 y sus subsiguientes años. Y, por una cuestión de simpleza, podríamos contrastarlas con un gobierno basado en el sufragio universal .
Pero, no nos engañemos tontamente. Que el Estado, en este caso, se denomine democrático y no dictadura, no es garantía de libertad , igualdad y fraternidad (como han creído los burgueses de la Revolución Francesa). Ya que este gobierno debe de mantenerse, no sólo frente al enemigo externo (otros Estados), sino, además, frente al enemigo interno (la sociedad), mediante el uso o el monopolio de la fuerza ejecutado por el ejército y la policía. En pocas palabras, el mismo Estado (policial) siempre, donde lo que varían serán sus matices (DICTADURA O DEMOCRACIA-con el nombre que lleve-) .
Así, esta estructura, con sus diferentes nombres, encontrará una contradicción con la naturaleza de la humanidad: Ésta es la naturaleza del Estado, el romper la solidaridad de la raza humana. El Estado no se puede preservar como entidad integrada con todo su poderío a menos de que se erija como el supremo objetivo y razón de ser de sus propios súbditos, aunque no lo sea para los súbditos de los demás Estados soberanos. Esto conduce inevitablemente a la supremacía de la moralidad estatal y de los intereses estatales sobre la razón y la moralidad humanas y universales y, de ese modo, rompe la solidaridad universal de la humanidad. El principio de la moralidad política o estatal es muy simple. Al ser el Estado el supremo objetivo, todo lo que favorezca al crecimiento de su poder es bueno; todo lo contrario a ello, por más humano o ético que sea, es malo. A la moralidad se le llama patriotismo. 2)
Esta moral estatal no puede hacer otra cosa que contraponerse a la moral de la humanidad. En especial, durante conflictos bélicos entre estados. Y, dentro de ellos, puede mensionarse a la persecución que padecen aquellas personas, que lo único que hacen es discrepar. Ya sea, con un determinado gobierno o con el Estado en su totalidad.
Si bién, este virus llamado patriotismo, sigue haciendo estragos en las culturas, no debemos dejarnos dominar por dos condiciones preexistentes a éste último: la ignorancia y el miedo. Para alcanzar nuestra libertad.


Hernán.


1) En referencia al actual "conflicto": Gobierno vs Capitalístas.
2) Bakunin, Mijail, "La Internacional y Carlos Marx (1.872)" en Crítica al Marxismo, p.32, Buenos Aires, Ed. ¡Libert(a)d!


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