viernes, 3 de octubre de 2008

Sin título

Léame con voz indignada, con el grito acumulado en la garganta a punto de salir como torrente violento. Léame con dulzura, con mi alma enamorada acariciando lo más suave posible la piel de la madre de mi hijo y la de él. Léame llorando y riendo, sensible a todo lo malo y bueno sin escapar un segundo de esta vida.
O no lo haga y solo lea palabras sueltas, códigos mezclados infértiles, tinta y tiempo desperdiciado. Mi alma no sale de mí para ser vista, sale para oler la libertad.

2 comentarios:

Hernan dijo...

Ya se lo dije señor. Muy bueno.
¿No querés ser mi papá?
Es joda y seguí escribiendo, father.

Hernán.

23443243342324 dijo...

Repasando el silencio.
Sanca hizo milagros, lastima que esté tan oxidado.